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13/5/08

Tramoyero en el Girasol

"Muchas veces estoy de segundo plano, por si algo falla .Pero como siempre soy yo el que manejo las luces, el que sabe cual entra y cuando salen es muy difícil encontrar a alguien que me sustituya" .

Natalia Suárez Calderón


Pedro Arguedas Ferreto se inició en el Teatro Girasol cuando era apenas un estudiante de economía y aunque por problemas familiares tuvo que abandonar los estudios universitarios, hoy, 15 años después es una pieza fundamental del grupo.

"No es algo monetario nunca lo ha sido, es algo más bien espiritual. Ad honorem ha sido su trabajo desde el principio, está con el grupo desde que este nació y ha sido testigo y constructor de todas las puestas en escena.

Dentro del Girasol

Es el tramoyista del teatro, no duda en declararse experto en materia de luces y escenografía de la misma manera que admite ser un mal actor "En mi trayectoria dentro del grupo yo he actuado en tres o cuatro obras en tanto tiempo y eso que hemos hecho 14 ó 15. He hecho luces en muchas".

Pedro se ha convertido en un experto en solucionar problemas de último minuto. "Una vez se nos cayó un breaker y diay a mí se me ocurrió la idea de sacar todo lo que era electricidad por otro lado y volver a rehacer el montaje ya con las luces de otro lado".

Se sabe de memoria los guiones de todas las obras, recuerda hasta las características técnicas y el nivel teatral de los actores de la primera puesta en escena "No te salves", esta obra en particular es un buen recuerdo, ahí estuvo como actor.

Lena Mora, integrante del Teatro Girasol ve a este tramoyero como "todo un personaje" dentro de la agrupación, cuenta que a pesar de que sus funciones van más dirigidas hacia la colocación de luces y escenografia, Pedro siempre llega a los ensayos. También comenta que en el grupo constantemente lo vacilan por ser el más viejo. Lena lo percibe como un hombre amable pero serio y hasta un poco apartado.

Detrás del telón

Pedro tiene 42 años, es el menor de tres hermanos. Aunque es soltero y sin hijos sí tiene obligaciones, la de cuidar de su anciano padre al que añora darle una buena calidad de vida.

Arguedas vive junto a sus papás, su hermana y una tía en Cinco Esquinas de Tibás y trabaja en un pequeño taller de tapicería que heredó de su padre en Barrio México.

Su hermana, Leda, lo describe como una persona muy noble y colaboradora, que desde que su papá sufrió un derrame se hizo cargo por completo de su atención y cuidados. Ella asegura que es una de esas personas afables, que cuando es amigo lo es con intensidad y fidelidad.

Leda piensa que la razón de mayor peso para que su hermano permanezca en el Teatro Girasol es la pasión que él siente por este arte y por el grupo, ahí Pedro encontró algo que lo satisface plenamente.

Aunque de apariencia muy sencilla, vestido de jeans gastados por el tiempo y zapatos que han caminado largas distancias, en sus conversaciones, este tramoyista deja salir su lado académico y puede parafrasear a Roosvelt, asumir el keynesianismo, criticar el neoliberalismo y aconsejar a los economistas de Wall Street con toda propiedad y naturalidad.

Volver a las aulas

Pedro cursaba su tercer año de Economía en la Universidad de Costa Rica cuando, por problemas económicos y familiares, tuvo que dejar los estudios. Aunque no pudo volver a las aulas no olvida la economía y ahora está entre sus pasatiempos.

"Muchas veces agarro un libro de economía simplemente para leerlo y estar de acuerdo o estar en contra. La economía tiene esa particularidad, por lo menos para mí, es apasionante, es vibrante, es sentarse y pelear".

La globalización y el neoliberalismo se han apoderado de la economía, asegura Pedro mientras se rasca la cabeza, y por ello replantearse la economía no está entre sus planes. En materia económica y con la actual coyuntura prefiere "no estar en nada, no asumir posiciones".

Pedro aprecia profundamente la casa de estudio pues aunque no le dio un título sí le dio herramientas para pensar "Ciertamente sin la UCR yo sería Pedro Arguedas pero no tendría el pensamiento crítico que me dio la U".

A pesar de sentirse lejos de la materia que lo llevó a las aulas universitarias, este tramoyero sueña con convertirse en Ingeniero en Informática, es un enamorado de la computación, del "software" y el "hardware". Pedro asegura que en algún momento volverá a la "U" para ser informático.

Hacia el futuro

Pedro asegura no tener un sueño dorado de vida pero sí tiene "pedacitos de sueños" como tener un papel protagónico en una obra y visitar el Teatro Real de Moscú.

Para este tramoyista no hay en este momento un gran proyecto de vida, lo hubo cuando tenía 20 años pero se topó con la realidad y desde entonces prefiere ver su vida y asumir sus planes como un conjunto de pequeñas cosas que lo pueden hacer feliz

Frunciendo las cejas y con una mirada hacia el vacío, como quien nada ve y lo siente todo, comenta con voz pausada que el único legado que quisiera dejar es su humanidad, el ser espléndido, su filosofía de no hacer daño a nadie, nada más.

"No hay que ser el mejor para tratar de dar lo mejor".

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