Un aula virtual para los cursos de periodismo de la UCR. Acá podremos aprender a ejercerlo, analizar casos y compartir experiencias.

5/10/07

En medio del referendo

Los medios de comunicación nacionales se convirtieron en parte de la carnita del sándwich del referendo. Su participación pasó de ser observadores de la realidad a protagonistas del proceso, unos más evidentes que otros (ver ejemplos más abajo).
Algunos periodistas van con el No, otros con el Sí. Unos se sienten más libres para manifestarlo públicamente, sin importar incluso usar signos externos que lo identifiquen con uno y otro bando, y sin preocuparles el hecho de participar en organizaciones que trabajan a favor de una u otra tendencia y a la vez cubrir sus actividades. Defienden su derecho a pensar y a tomar posición en esta coyuntura.
Otros periodistas prefieren el bajo perfil, algunos por autocensura, otros por miedo a represalias en sus medios o entre sus mismos compañeros de Redacción, y otros por ética profesional en el tanto quizás cubren la fuente y prefieren separar al ciudadano del periodista por un asunto de credibilidad ante el público.
Y aunque a veces las discusiones han sido intensas, tanto en foros periodísticos interactivos, blogs o mensajes electrónicos como alrededor de un café o una birrita, los debates entre colegas no alcanzaron los ridículos botellazos en clubs privados o en bares capitalinos, incluyendo sillas.
Más allá del Sí o del No, las discusiones entre colegas han girado en torno al balance informativo, al papel de los medios, a la libertad de expresión, al derecho a la información del público, a la variedad de fuentes, a la diversidad y oportunidad de temas abordados, a la formulación de preguntas durante una entrevista, a la conducción de los debates, al uso de las imágenes, a la difusión de las encuestas.
El referendo también impactó a los medios de comunicación y por eso debemos aprovechar todo este material como estudiantes de esa realidad y del quehacer periodístico para analizar los ejemplos y sacar nuestras propias lecciones.

Por correo les envié copia de discusiones recientes en el foro de IPLEX sobre balance informativo. Y aquí los invito a revisar dos editoriales recientes, a pocos días del referendo, de dos diarios de circulación nacional. Los remito a la página de La Nación http://www.nacion.com/ln_ee/2007/octubre/04/opinion1263734.html. Y no me quedó más remedio que copiarles el editorial de La República de hoy viernes 5 de octubre (porque ellos persisten en limitar el acceso a sus informaciones en la web a menos que uno les pague).

Sí al desarrollo
El largo debate sobre el tratado de libre comercio con Estados Unidos ha suscitado sentimientos amargos entre muchos costarricenses, así como una considerable confusión sobre cuál bando es el correcto. Cambiar los sentimientos de las personas es difícil. Pero debería ser posible para los votantes ver a través de la confusión, causada principalmente por combinar dos temas, que debieran estar separados. Uno de los temas involucra a los mercados abiertos en general, y el Cafta en particular. El Cafta puede que no sea perfecto. Tal como se dijo en la nota abridora de LA REPUBLICA del miércoles pasado, el tratado no enriquecerá ni a Costa Rica ni a Centroamérica de la noche a la mañana. Pero a largo plazo el libre comercio es bueno para el desarrollo económico; promueve la competencia, estimula la inversión extranjera, crea puestos de trabajo y reduce los costos de bienes importados para los consumidores. El problema es que a lo largo de gran parte del debate, los opositores al Cafta han ligado la discusión sobre el libre comercio con la necesidad de crear oportunidades para las personas pobres. Impulsar los cambios sociales mediante métodos que incluyen una transferencia de ingresos a un sector público con frecuencia ineficiente podría no ser la mejor manera de solucionar los problemas de pobreza e injusticia. Pero impuestos que oscilan entre el 27% y el 50% del Producto Interno Bruto son la norma en Europa Occidental, así como en Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda —que constituyen la mayoría de las economías más exitosas del mundo. Mientras tanto, los costarricenses pagan impuestos, que —en un 15% del PIB— están entre los más bajos del mundo. El referéndum de este domingo no da a los votantes la oportunidad de aprobar dos buenas políticas al mismo tiempo. Pero esta es precisamente la razón por la cual los temas deben estar separados. La reforma tributaria y otras medidas sociales son metas importantes, pero no tienen nada que ver con el libre comercio. Rechazar el Cafta tampoco ayuda de ninguna manera a construir una sociedad justa. Por el contrario, rechazar el libre comercio solo debilitará la economía, algo que no le ayuda a nadie. Una vez que pase el referéndum, consideramos que sería loable seguir luchando por una sociedad cada vez más justa y productiva. Este domingo, estamos a favor del Cafta.