A la hora de informar debemos
lavarnos todos los prejuicios y los estereotipos para evitar divulgarlos entre nuestro público. Algunos ya los tenemos tan interiorizados que ni cuenta nos damos. Por eso escuchamos noticias donde se habla de "negritud" para referirse a la cultura de la gente afrodescendiente. O peor, les decimos "moreno o morena".
Algunos colegas que cubren sucesos hablan de que "los celos provocaron el crimen" o que el homicida "actuó por amor" (o sea, pobrecito, tiene razón de haberla matado, se lo merecía). Incluso la frase "muerte pasional" esconde la gravedad de la violencia contra las mujeres.
Cuando cubrimos temas de salud decimos "sidoso", "seropositivo" o "víctima del sida", frases muy discriminatorias que se pueden evitar con el uso de "persona con VIH", por ejemplo.
Algo similar ocurre cuando decimos "la cieguita", o "el discapacitado" en lugar de llamar las cosas por su nombre. En todo caso es mejor decir "persona con alguna discapacidad". También es importante incorporar el Lenguaje de Señas Costarricense (Lesco) en las producciones audiovisuales.
Estos y otro montón de casos más fueron recopilados en el
Manual de la Comunicación Inclusiva elaborado por estudiantes de este curso y liderados por el profesor Alejandro Vargas.
Este esfuerzo demuestra que fue
un gran acierto de la Escuela abrir un curso como este para reforzar la educación de ustedes como futuros comunicadores, y por supuesto, también un acierto del profesor por promover este proyecto que podemos aprovechar todos los periodistas, publicitas, relacionistas públicos y productores del país.
Y ahora,
a ponerlo en práctica...