Un aula virtual para los cursos de periodismo de la UCR. Acá podremos aprender a ejercerlo, analizar casos y compartir experiencias.

14/4/08

Lagarteros tardan 8 horas en conseguir su presa

Con el alba, los lagarteros de Ortega, en Bolsón de Santa Cruz, se acercaban a la Soda Ibeth. Eran unos diez hombres con edades entre los 16 y los 60 años. Todos ya estaban preparados para la cacería, aunque en sus caras se notaba algo de nerviosismo y expectativa
“Estar vivo en vida”, para José Gabriel ese es el significado de la lagarteada, el fue el más espontáneo de los lagarteros, quien más explicaciones daba y el que más buscaba a la prensa. El origen de esta tradición es ampliamente discutido. Según los estudios del Minae hace 15 años que se inició, sin embargo, de acuerdo a los lagarteros esta actividad se realiza desde hace más de 150 años y el pionero fue un hombre llamado Wicho Cascante, quien decidió cazar un lagarto todos los viernes santos para aprovechar su grasa.
Acá no hay boletín de convocatoria, conferencia de prensa, acreditación, gafetes de entrada, directrices, jerarquías, patrocinios, tampoco regalos a la prensa. “… todo es voluntario” indicó don Padilla Matarrita, el lagartero más experimentado.
La soda y pulpería Ibeth es el centro logístico de la “lagarteada”, se encuentra ubicado a unos 100 metros de la iglesia de Ortega y a unos 25 metros de la pileta donde se exhibirá al lagarto. El pueblo se está en el medio de la cuenca del Río Tempisque, en la cuál pululan los lagartos.
A las 730, los lagarteros ingresaron a la soda para levantar la lista oficial de 20 hombres.
Luego, se montaron en un camión que los llevaría al primer sitio de búsqueda en el Río Cañas.
En el río, los lagarteros sostenían cada uno un palo largo de madera hecho rústicamente con alguna rama de unos dos metros de largo. Los hombres movían el palo de dos formas, una hacia abajo, como metiéndolo hasta el fondo del río para “jincar” al lagarto y la segunda en sentido contrario, chapoteando en el agua. Se colocaron simulando una barrera para que no escapara el lagarto y así caminaban con cautela desde la alcantarilla del puente hasta un trasmayo (una especie de net) colocada en el otro extremo.
Con el transcurso del tiempo, el puente y las orillas del río fueron albergando a cientos de curiosos quienes esperábamos ansiosos la salida del lagarto. Pasaron más de 3 horas y en las afueras del río escuchaban cada vez más radios con reggaetón y comenzaban a verse las latas de cerveza y los gallos de salchichón en pleno viernes santo.
Casi cuatro horas más tarde, el lagarto no aparecía. Uno de los lagarteros dio la orden de movilizarse hacia otro sitio en una finca vecina. Los cientos de espectadores ingresamos a los vehículos y seguimos entre cañales y potreros al camión que transportaba a los lagarteros.
El segundo sitio era una finca a unos 30 minutos del pueblo en un lugar cercano a Filadelfia de Carrillo. Acá la situación era mucho más incómoda para los espectadores, las márgenes del río eran arenosas y de muy difícil acceso y el puente era mucho más pequeño. Aún así, la expectativa creció así como el número de visitantes.
La logística era similar, la única variante fueron varios lagarteros amateurs o improvisados quienes se sumaron a la cacería. Pasaron varias horas y hasta las 4 de la tarde se pudo atrapar la esperada presa. El lagarto de metro y medio de largo fue escoltado hasta Ortega y colocado en la pileta frente a la Iglesia para ser visto por cientos de curiosos hasta el pasado lunes 24 de marzo.
Los organizadores de la actividad califican la experiencia de la lagarteada como única en el mundo y aseguran que el que va una vez vuelve a la lagarteada. Según las palabras de Humberto Angulo el que no viene, se pierde de lo bueno.


Benjamín Piza Arrea

5 comentarios:

Joanna Nelson Ulloa. dijo...

De todas las crónicas, y a pesar de que no estoy muy de acuerdo con este tipo de prácticas hacia los animales (atraparlos, aunque sea un rato), creo que esta fue la que más capturó mi atención porque en primer lugar trata un tema diferente, no necesariamente ligado a la Semana Santa (sin menospreciar ni irrespetar obviamente esta temática, que fue el foco al cual se dirigieron la mayoría de compañeros-as y quienes abordaron temas interesantes relativos a dicho asunto)Pero, adentrándome en la crónica en cuestión, considero que fue narrada de manera muy descriptiva, de modo que le permite al lector ir viviendo paso a paso cada movimiento de las personas del pueblo en procura de su objetivo: atrapar al animal. Además, contextualiza el porqué se efectúa esta actividad (como bien dijo la profesora)y brinda las visiones de los involucrados. El lenguaje y léxico utilizado me parece oportuno. La ortografía (aspecto al que no sé por qué siempre le pongo mucha atención)es buena, solo anoto que cual no se tilda, en el contexto que se utiliza en una oportunidad. ¿Qué más puedo decir? En general, me gustó mucho, terminé de leerla y obviamente eso es bueno.

Joanna Nelson Ulloa. dijo...

Cuando mencioné que el tema de Benjamín no está ligado a Semana Santa, me refiero desde el punto de vista meramente religioso, porque obviamente se realiza los viernes santos.

meli dijo...

Decidí leer la crónica de Benjamín porque tenía demasiada curiosidad por saber que es realmente lo de la lagarteada, y gracias por aclarar mis dudas porque ya con esta cronica me sentí dentro de esta tradición. Lo único es que sentí que al final se le pierde la emoción, porque a lo largo de la crónica sentí tensión esperando que apareciera el algarto, y cuando apareció, me habría gustado conocer un poco las reacciones de la gente cuando, despues de tanta espera se pudo cumplir el objetivo. Por lo demás, me gustó bastante.

Andrea dijo...

Igual que la crónica de Simone, esta crónica ayuda a entender de donde viene y de que se trata esa tradición. Sin embargo creo que le faltó incluir un poco lo del MINAE, que según entendí fue esa una de las causas del porque tardaron tanto en atrapar al lagarto.
También creo que le hizo falta hacer más énfasis en el momento en el que se atrapa al lagarto, describir más como fue y los ánimos de las personas, incluir que decían los espectadores.

Otra excentricidad dijo...

En términos descriptivos me encantó. Me pareció muy sabroso! Sin embargo, el título no le hizo justicia a la crónica.

También se perdió la capacidad potencial del clímax. A pesar de eso, fue la que más me entretuvo.