Un aula virtual para los cursos de periodismo de la UCR. Acá podremos aprender a ejercerlo, analizar casos y compartir experiencias.

23/8/07

Corazones en debate

Quedé con más dudas que certezas una vez pasado el huracán de cifras que nos recetaron los dos economistas, un empresario convertido en ministro y un abogado que hablaron a favor y en contra del Cafta en el primer debate organizado por el TSE. ¿Ustedes lo vieron? ¿Les quedó algún dato que confirme sus posiciones ante el tratado o que los motive a reconsiderar su criterio antes del "domingo siete"?
El debate pintaba interesante, en especial por la advertencia de Carlos Sojo de cuidar el vocabulario, centrarse en el tema del empleo y ajustarse al tiempo. Por primera vez vería un debate sin ataques personales -pensé- y además al grano, a profundidad. Bien por el TSE y Flacso, me dije... La ilusión terminó pronto, primero porque no pueden faltar los chistes malos de un economista consultor, las frases prefabricadas oficialistas y una que otra amenaza sobre lo tan malo que es el Cafta y lo tan bueno que resultaría el acuerdo. Y segundo, porque parece imposible enfocar la discusión sobre el tema sin caer en quién hizo qué en el pasado, ya sea exministro de Planificación o empresario beneficiado por los CAT; exprofesor universitario o actual consultor de empresas transnacionales; abogado o asesor de sindicatos. Bueno, al menos no se dijeron insultos al estilo del diputado López, solo "achazos", como dicen en Desampa.
En cambio, las pistas para poder entender qué pasará con el modelo de desarrollo económico o el modelo de bienestar social del país a partir del Cafta fueron escasas. Fue un asunto de forma. Tanto los del No como los del Sí afirmaron, con vehemencia, tener las cifras oficiales, las más actualizadas, las más correctas, el resto eran puras mentiras. Entonces ahí fue donde comenzaron a caer goterones de porcentajes, de miles, de variaciones interanuales, tanto de empleos que se crearán a partir del Cafta, como los que se perderán si se ratifica... y entonces quedamos mareados.... ¿Quién entiende de estudios econométricos? ¿Quién retiene tantos ceros? ¿Cómo saber cuál de todos los estudios citados es el correcto? Que 400.000 nuevos, que no, que solo 20.000. Que dónde? Que solo en el sector exportador... y la gente que no está incluida en el sector ganador (léase el exportador?), para ellos habrá empleo también? Que solo en el informal... Que entonces la Caja dejará de percibir ingresos por cuotas (como si las pagaran los patronos!), que no, que los incrementará. Y la ICC, ¿se va o se queda? Y los lecheros, ¿están preocupados o están tranquilos ante la apertura negociada?
¿Olvidaron acaso que era un debate nacional donde tenían que explicarse de la manera más llana posible? Sus asesores se concentraron en recopilar la mayor cantidad de números como argumento principal para convencer y olvidaron que detrás de cada cifra hay gente, personas a quienes el tratado beneficiará o afectará, que no son solo josefinos o alajuelenses, que algunas no pertenecen al sector exportador.
Era la oportunidad de oro para llegar a los indecisos con mensajes más concretos y directos, pero me pregunto si las cifras y los argumentos dejaron algo nuevo en qué pensar. ¿Ustedes qué opinan?

16 comentarios:

Joanna Nelson Ulloa. dijo...

Concuerdo completamente con la profesora en cuanto al hecho de que en una democracia los debates son un espacio vital para la exposición de ideas, de argumentos sólidos e “inteligentes”, en donde lo más importante sea ofrecer la visión que se tenga sobre una temática, dejando de lado la demagogia y verborrea, que evidentemente no benefician a nadie y más bien entorpecen el proceso democrático.
Pues bien, como desgraciadamente no pude ver ni escuchar el debate en cuestión, me referiré a un tema en particular no desvinculado del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, Estados Unidos y República Dominicana (TLC o CAFTA, por sus siglas en inglés), y que sinceramente me preocupa, independientemente de mi posición respecto a dicho acuerdo comercial, la cual de igual manera puede ser evidente.
Me parece indebido que ambos bandos (los del “sí”, como los del “no”) aprovechen sus intervenciones para decirnos que el TLC será la “salvación” para este país y que, por otro lado, se mencione que caeremos en “desgracia” si éste llega a aprobarse.
Pero uno esperaría que la máxima autoridad de este país, quien según nuestra Constitución Política es el representante del pueblo (aunque muchos no nos sintamos representados debido a la dudosa manera en la cual llegó al poder), es decir, el Presidente Óscar Arias no caiga en ese juego funesto y necio, y que más bien sea coherente con su puesto como se le exigiría a cualquier estadista en el mundo.
Pero no, lamentablemente nuestro “representante” no ha sabido tener tacto político en este asunto. Veamos algunos ejemplos de lo que mencioné anteriormente:

1) Jueves 12 de abril, 2007, La Nación:
Periodista: ¿Se va a lograr entrar al Tratado a tiempo?
Óscar Arias: “Sí, y si no lo repito, nos lleva el diablo, nos lleva el diablo y yo no quiero que al pueblo de Costa Rica se lo lleve el diablo”.

2) Viernes 17 de agosto, 2007, página electrónica de Casa Presidencial:

Tras asegurar que no aprobar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos sería un suicidio colectivo, el Presidente de la República, Óscar Arias…

3) Miércoles 30 de mayo, 2007, La Prensa Libre:

Óscar Arias: “Los que vienen en bicicleta, con el TLC vendrán en motocicleta BMW, y los que vienen en un Hyundai, vendrán en un Mercedes Benz”.

4) Martes 14 de marzo, 2006, La Nación:

Óscar Arias: “Es más fácil modificar los diez mandamientos que modificar el TLC con Estados Unidos”.

5) Sábado 11 de agosto, 2007, Diario Extra:

Óscar Arias: “Seríamos excéntricos si no votamos por el sí”.

En fin… sobran ejemplos como los transcritos previamente, los cuales evidencian la poca seriedad del Presidente al referirse al Tratado. Por un lado, se ilusiona a las personas pobres y sencillas de este país a que podrán acceder a modelos automovilísticos quizás impensables para ellos debido a su difícil situación, y por otro se les asusta diciéndoles que se los llevará el diablo. Me pregunto, ¿quién garantiza que este acuerdo comercial va a brindar todo esos beneficios? Yo sólo percibo en esas declaraciones simple charlatanería.
En otro ámbito de mi discusión, critico también que el señor Presidente, le falte el respeto a la Biblia y se atreva a igualar un mero acuerdo comercial con un texto sagrado como los son las Escrituras. Que un mandatario se atreva a poner en duda principios fundamentales como los 10 mandamientos (que sin duda han sido adoptados en las Constituciones de innumerable cantidad de países en el mundo, sean de tradición cristiana o no) es algo increíble y reprochable.
Igualmente, que se diga que la no aprobación del TLC sería un suicidio colectivo, es de cierta manera irrespetar la voluntad de los costarricenses, en caso de que éstos decidan pronunciarse en contra del CAFTA el “domingo siete” (como llama a ese día la profesora)
¿Dónde quedan, entonces, los cimientos de la democracia, el respeto a las mayorías? (En caso de que gane el “no”)
En fin, para no extenderme más, quiero concluir diciendo que la discusión en torno al CAFTA no debe convertirse en un terreno de mentiras, de chabacanería, de promesas sin cumplir, de irrespeto al pueblo costarricense y a las creencias que posean las personas.
Debemos exigir respeto, datos verídicos, sustentados, pero ante todo un compromiso con el humanismo, con los valores fundamentales, pero si el mismo Presidente no ofrece eso, ¿qué se puede esperar de las demás personas?
Bueno, solamente quería hacer alusión a este tema. Gracias.

Kattia Bermúdez Mora dijo...

Muy buena la recopilación de frases y fechas. Tomar hechos aislados y ponerlos en su contexto para interpretarlos es parte de nuestra labor. Bien hecho.
Solo quiero agregar algo: vos decís que los debates no se deben basar en mentiras sino en datos verídicos. Creo que los cuatro expositores del debate pasado podrían decir que sus datos son los oficiales, los correctos. Ante eso, qué hace la gente? A quién le cree? Ahi entramos nosotros los periodistas, a verificar esos hechos y ponerlos en su contexto para explicarle al público de dónde provienen, por qué difieren, qué esperar...

Kattia Bermúdez Mora dijo...

Muy buena la recopilación de frases y fechas. Tomar hechos aislados y ponerlos en su contexto para interpretarlos es parte de nuestra labor. Bien hecho.
Solo quiero agregar algo: vos decís que los debates no se deben basar en mentiras sino en datos verídicos. Creo que los cuatro expositores del debate pasado podrían decir que sus datos son los oficiales, los correctos. Ante eso, qué hace la gente? A quién le cree? Ahi entramos nosotros, en verificar esos hechos y ponerlos en su contexto para explicarle al público de dónde provienen, por qué difieren, qué esperar...

Marysela Zamora dijo...

No tuve la oportunidad de ver dicho debate. Sin embargo, no creo que mi posición hubiese cambiado, pues creo que un voto de semejante embergadura no se decide con un debate o con un discurso que toma los recursos de la buena retórica. No obstante, esto no quiere decir que no crea en la importancia de los debates como una herramienta más que los costarricenses puedan utilizar para tomar una decisión.
Efectivamente, el buena utilización del recurso hubiese ayudado a algunos indecisos.
Por otro lado,
la utilización de cifras constituyen un arma de doble filo. Primero, constituyen un elemento de credibilidad y respaldo. Por ejemplo, "lo que yo digo no por decirlo, las cifras indican....los números dicen..." y así múltiples ejemplos. Sin embargo, tambien corresponden a datos que se sacan y se esconden a conveniencia, según sugiera la situación.

Uno de los puntos en los cuales estoy en completo desacuerdo es que tanto los simpatizantes como los opositores crean una atmósfera de miedo alrededor de las pérdidas de trabajo, por citar un ejemplo, que habrían en caso de que no se o se aprobara el tratado.
Lastimosamente, la información de lo bueno y lo malo en un solo discurso no ha sido mostrada a nosotros como votantes, y creo que este es el sin sabor que muchos costarricenses tienen; están a la espera de credibilidad y de verdad.
Telenoticias afirmó una vez "nosotros le damos la información que usted necesita saber para que tome una buena decisión". Pero, cuando enciendo el televisor para ver las noticias me encuentro con el mismo sesgo y cultura del terror de no aprobarse dicho tratado, favoreciendo a la clase hegemónica de este país.

Además, me encuentro con un presidente, que lo es inconstitucionalmente, desacatando las disposiciones TSE de no utilzar fondos públicos para dar propaganda al TLC, dando razones que insultan la inteligencia y la dignidad humana como, “Los que vienen en bicicleta, con el TLC vendrán en motocicleta BMW, y los que vienen en un Hyundai, vendrán en un Mercedes Benz"(tomando el ejemplo de Joanna).

Ni siquiera el premio nobel de la paz ha podido dar buenos argumentos para votar o no el TLC.

Pilar dijo...

Publicidades, noticias, foros, amenazas, palabras y gestos... qué podemos esperar de un país donde la mayoría de las personas no se sienten interesadas en las informaciones más recientes (sobretodo si es sobre el TLC), de una u otra forma hay que ponerle picante a la situación.

NO me gustan las batallas campales que se ejecutan en el ring del espacio "semi-público", donde la censura forma parte de los métodos represivos en contra de la libre expresión.

Pero, ¿qué podemos hacer en contra de aquellos que aún tienen el poder de decidir qué se informa y qué no?; la gente ya no cree en las encuestas, simplemente se siente atraída por un par de números que en conjunto intentan describir cuál puede ser la mejor elección que debe tomar el "domingo siete".

¿Si se pelearon o no?, de igual forma el socio drama les llega hasta las orejas. La facilidad que se les ofrece para "informar" al público sobre lo que (se supone) opinan las personas, de acuerdo al estudio realizado, se ve desperdiciada y convertida entonces en un circo donde los participantes se pelean por ser la mayor atracción...

Mario dijo...

Quisiera hacer algunas observaciones. Me llama la atención que la mayoría de las opiniones dicen no haber visto el debate.
Un amigo relacionado con la medición de sintonía me comentó que la audiencia del primer debate fue un desastre, un absoluto fracaso.
¿Cómo se explica en un país que está a un mes de decidir su futuro no solo comercial sino social, y en el que un 90% confiesa en las encuestas que no tiene suficiente información sobre el TLC?
La respuesa es sencilla. A la gente no le importa saber sobre el TLC. Quienes quieren oír argumentos son una minoría, la mayoría no le importa, o no hace esfuerzos por entenderlo. Simplemente quiere que alguien de confianza le diga qué hacer.
Por eso la campaña del Si es un absoluto desastre. Por eso los debates no van a ser significativos. La gente no quiere razones, ni las busca. Quiere un acto de fe.
A eso se reduce la votación del 7 de octubre. Será un acto de fe, de los del Si en el TLC, de los opositores en el patriotismo.
¿Cual es el papel del periodismo en este cuadro marcado por la fe? Desmitificar. Alumbrar. Sustentar, dar hechos y datos, en medio de una discusión religiosa.

Lucía dijo...

En mi caso, ofrezco una llluvia de ideas:

1. Importantísimo hablar de algo de lo cual se presenció, y no hablar sobre las bases de los demás, sobre todo teniendo en cuenta este tema tan delicado de los debates por un referendum. En mi caso tuve la oportunidad de verlo el primer día y en serio me molestó la recurrencia al tema de la mujer, como un elemento "conmovedor" y pasivo, y no como un grupo emprendedor con autonomía .

2. Me parece que estos debates tienen como público meta a personas indecisas, con poco o nulo conocimiento sobre lo que se habla del TLC. Por tanto, es comprensible el hecho de que hubo un bajo rating en la transmisión. Lamentablemente, en Costa Rica no hay una cultura de debate ni de discusión pública en cuanto a temas tan sensibles como lo es el TLC.

3.Sería bueno que como buenos periodistas que pretendemos ser, se colocaran las fuentes de las cuales se extrajo información, sobre todo en cuanto al nombre de una encuesta que sale por ahí.

Otra excentricidad dijo...

Tenía algunos días de esperar con anticipación el día del debate. Nos reunimos algunos conocidos alrededor del televisor (algunos luego de viajar bajo el fuerte aguacero) con palomitas de maíz y grandes expectativas. Anhelábamos argumentos sólidos, diálogo, respeto. En fin, puedo decir que presenciamos, más que ninguna otra cosa, oídos sordos. Más de lo mismo.

Con respecto al debate, realmente es inútil señalar dedos pues el fracaso fue compartido. Algunos salimos realmente “confundidos” no tanto con respecto a nuestras posiciones, sino más bien en relación con las fuertes contradicciones de los contrincantes (discutido por la profesora). Los golpes bajos fueron muchos, afortunadamente disfrazados críticas más permisibles en una transmisión nacional.

Sin embargo, la decepción más grande fue la increíble habilidad de los representantes, tanto del Sí como del No, por ignorar total y completamente los argumentos de la oposición. ¿Cuál debate? ¿Cuál discusión? La comunicación, entendida como un proceso que integra dos partes fue un fracaso total. Habría más diálogo si los hubieran puesto a hablar solos. Me quedé con las ganas de ver refutaciones lógicas. Cada integrante “debatía” en total ignorancia de lo que había dicho el anterior. El espacio de preguntas fue un desperdicio total pues ambos bandos se dedicaron a repetir lo que habían dicho la vez pasada, sin tomar en cuenta los argumentos presentados por el lado contrario.

El esfuerzo por el TSE y FLACSO es rescatable, pero la presentación concreta quedó debiendo mucho. El desinterés total por parte del pueblo es realmente trágico (si se me permite un poco de dramatización) y la ideología fuerte que conduce a tantos realmente atropella el espacio para argumentos y debate (como lo menciona el compañero). Veo tantos corazones por ambos lados, pero realmente me conformaría con un par de cerebros.

Joanna Nelson Ulloa. dijo...

Estimado Mario:
El hecho de que uno no haya visto el debate en cuestión no significa que uno no se informa acerca del TLC. No creo que un foro como ese sea la única fuente para conocer sobre el acuerdo comercial, aunque obviamente es importante recurrir a esos recursos como fuente informativa. En mi caso particular me fue imposible verlo, ya que todos los días tengo que viajar de Turrialba a San José y viceversa, y justo a esa hora estaba en clases. Así que, por favor, no generalice.

Mario dijo...

A Joanna:
Creo que no interpretó correctamente mi comentario. No pretendía decir que solo los que vieron el debate están informados sobre el TLC, o están interesados en informarse. Lo que dije es que me interesó la baja sintonía del debate y como varios de los comentarios del blog también reflejaban esa situación.
No es reclamo ni crítica, sino un comentario sobre algo que está alrededor nuestro: la sintonía fue baja.
Y lo relaciono con el hecho de que como comunicadores nos debe llamar la atención la enorme cantidad de personas que no están informadas -o dicen no estarlo, según las encuestas de la UCR, 85% en la de Matemática, 83% en la de Estadística- para llevarlo a la pregunta de cuál debe ser entonces la información para esta mayoría de la población, que no tiene suficientes bases, pero en su mayoría definirá no solo el TLC, sino el modelo de desarrollo del país.
En su caso, Joanna, como universitaria y periodista, busca otras fuentes. La mayoría de la población no lo hace. Hay información, o la posibilidad de buscarla, demandarla, exigirla, pero igual la gente no se siente informada.
Este es un reto para el periodismo nacional, que en mi opinión no lo está logrando cumplir. Repito, porque el debate al final no está en el campo de la razón, sino de la intuición.

Joanna Nelson Ulloa. dijo...

Gracias por su aclaración.
Una pregunta, sólo por curiosidad, ¿usted quién es, es decir, a qué se dedica, es periodista o qué?
Lo consulto porque no conozco a ningún compañero del curso que se llame Mario. Es simple curiosidad.

Mario dijo...

A Joanna: efectivamente, no soy compañero del curso, mi ingreso al blog se originó a partir de una invitación de Kattia, con quien laboramos en El Financiero.
Tenemos más de 20 años de laborar en periodismo y una década de enseñarlo en universidades, y siempre nos parece enriquecedor el intercambio de opiniones. Precisamente varias de las inquietudes que externé en este blog se derivan de situaciones observadas a lo largo de estos años en esos ámbitos.

Joanna Nelson Ulloa. dijo...

Ah, bueno.¡Qué bien!
Pues bienvenido, don Mario.

Benjamín dijo...

Medio Debate: TLC y Ambiente:

Parte de nuestra cultura costarricense es siempre estar a "medias tintas", dejar todo a "medias" y colocarnos en el "intermedio" para no llamar la atención, no causar conflicto y sobretodo no comprometerse con ninguna causa. Esta fue la impresión que dejó en mi el último debate de TLC y Medio Ambiente.

Los ataques personales y no de la materia en cuestión y la falta de exactitud en las respuestas dejaron "medio chingos" a los dos bandos.

En resumen: de los 4 exponentes 2 muy malos y 2 buenos (parejo para cada bando). Errores gravísimos como citar párrafos apocalípticos de la Biblia en el cierre o pensar que el agua de la micro-cuenca del Río Reventazón "alcanza para todos los gringos" mostraron la poca seriedad con la que los cabecillas de ambos grupos se toman el tema ambiental.

Me decepciona la actitud de los bandos ya que demuestra su falta de preparación para discutir de manera clara el tema, o peor aún, creen que el ambiente no es tan importante como el empleo o la soberanía.

Jacqui Solano dijo...

De cara al referndo, se ha visto de todo.
Los ticos por naturaleza como que les gusta el camino más sencillo, y la verdad que eso de tomar decisiones como que se nos complica.
Es que como si la gente quisiera que le pusieran en la palma de la mano cual es la respuesta correcta...las cosas no son asi. Bueno, obviament hay que facilitarles el camino, tal es el caso de los medios, de ahi que concuerde con la profe respecto al debate del TSE...la gentE más confundidad y ahora con este tipo de debates.... no si con razón hablar del TLC es como tocar el tema prohibido.


ElTLC el TLC, la verdad es como revelan las estadisticas, con sus posibilidades de error, pero es que bansta ver el entorno, hay mucha desinformación, desinformación, por un lado la pereza tica y por otro los canales de información lo complican

Como diría mi abuelita, la verdad es que asi no se puede

meli dijo...

Como han mencionado algunos compañeros, me parece que los debates deberían ser aprovechados por los expositores para dar buenos argumentos, y no para estarse atacando entre sí.
De cara a un proceso tan importante como lo es el referendo, los bloques no se han preocupado realmente por aprovechar los espacios de opinión e intentar llegarle a las personas que se encuentran indecisas.
Por el contrario, se han centrado en atacarse mutuamente, ¿Hacia donde vamos?, la gente no está realmente informada sobre algo tan importante, y los debates como otros medios deberían utilizarse para dar una visión clara a la población.