Un aula virtual para los cursos de periodismo de la UCR. Acá podremos aprender a ejercerlo, analizar casos y compartir experiencias.

25/9/07

Balance vs objetividad

En la década de los años cincuenta en Estados Unidos un senador del Partido Republicano llamado Joseph McCarthy denunciaba constantemente que agentes soviéticos y simpatizantes del comunismo estaban infiltrados en la Administración Pública estadounidense o en el Ejército, lo cual desató una persecución de tal magnitud que se le conoce como la “caza de brujas”. Muchos medios de comunicación se dedicaban a reproducir sus declaraciones bajo la mampara de la objetividad y el derecho a la información, hasta que el periodista de la CBS, Edward Murrow, junto con el productor Fred Friendly, denunciaron en el programa See it now la falta de veracidad y pruebas de las acusaciones que hacía el senador, lo cual echó abajo su carrera política.
Considerando el caso anterior, ¿cree usted que en aras de resguardar la llamada “objetividad” y el “balance informativo” sobre cierto tema, se deben publicar todas las declaraciones que emite un personaje público, ya sea en una conferencia de prensa o en una actividad oficial? ¿Sí, no, por qué?

En España el diario El País es de tendencia izquierdista, El Mundo es un poco más conservador, mientras que el ABC lo es aún más. Por su parte, en Estados Unidos el New York Times posee una línea que tiende a simpatizar con el Partido Demócrata, mientras que el Wall Street Journal es netamente conservador (a favor del liberalismo económico) Lo mismo ocurre en Reino Unido, en donde The Daily Telegraph favorece las visiones del Partido Conservador, mientras que The Guardian se inclina por las posiciones del Partido Laborista.
Pues bien, tomando en cuenta los ejemplos anteriores, ¿qué piensa acerca de que los medios de comunicación tomen una posición o favorezcan determinada tendencia a la hora de emitir sus informaciones?


Algunos grupos en el país han criticado al diario La Nación por aparentemente favorecer el TLC en sus informaciones. De igual manera, otros sectores están disconformes con el Semanario Universidad debido a su supuesta inclinación hacia el "No". ¿Qué opina de la actitud que han asumido estos dos periódicos al informar sobre el TLC? Según su percepción, ¿le parece la más pertinente? ¿Por qué?

10 comentarios:

Simone dijo...

Me parece que efectivamente lo más pertinente es buscar la objetividad lo más posible.
Se sabe que la objetividad 100% es imposible de lograr, pero creo que sí se debería de buscar por lo menos acercarse lo más que se pueda.

Un medio de comunicación debería de ser para dar a conocer lo que ocurre en el país y en el mundo, y en cuanto al T.L.C muchas cosas ocurren, cosas que pueden influir en el Si, pero también otras que pueden afectar, aún así los medios deberían de informar lo que ocurre sin importar que afecte sus intereses inmediatos hacía el Si o hacía el No, porque al fin y al cabo son los ciudadanos los que van a elegir y no se debería de “manipular” información pública solo para uno u otro bando.

La Nación está muy clara en su posición, y no lo apoyo, a como tampoco me parece muy serio lo que hace el Semanario, que dedica no sé, 70% de sus ediciones a hablar en contra del tratado. Personalmente no me parece ninguna de las dos versiones.

Para mí como lector, me gustaría leer algo que muestre ambos mundos, informando en realidad lo que está ocurriendo y lo bueno que puede traer el tratado, así como las críticas que le hacen algunos, generar debates, derecho de respuesta etc.

En este caso, y otra vez desde un punto de vista muy personal, me parece que Repretel lo está logrando, por lo menos desde la decisión del referéndum hasta ahora he visto “parcialidad” en sus ediciones.

En la mañana ofrece un programa a mi parecer muy bueno, donde llevan 2 especialistas, uno del Si y otro del No, y reciben llamadas del televidente haciendo sus preguntas entorno al tratado, cada exponente tiene un minuto preciso para contestar y muy rápidamente se pasa a la siguiente pregunta.

De esta forma se está brindando al televidente un gran servicio de información y de revolvimiento de grandes dudas en torno al T.L.C, ambas corrientes puedan dar su versión, sin beneficiar ni uno ni otro. Simplemente beneficiando al usuario.

Lucía dijo...

Realmente no estamos muy lejos de España o de otros países que ya han demostrado su posición ideológica, más allá de su línea editorial. En Costa Rica, hay periódicos segmentados según su ideología, en algunos mucho más claros que otros. Sin embargo, la diferencia es que en nuestro país no hay medios lo suficientemente fuertes como para defender esas posiciones.

Todo el país está influenciado por el corte conservador de La Nación y de ahí, hay algunas alternativas con diversas posiciones. Una sola ideología está concentrada y no existe un medio que pueda hacerle la competencia, al menos en cuanto a prensa escrita; como bien se pudo observar cuando La Nación desbancó al diario La República en un tiempo en que se trató de ofrecer una visión diferente.

En prensa televisiva, se puede decir que es Canal 7 quien ostenta la batuta de dirección en ese medio, pero detrás de ellos también está toda la compañía de REPRETEL, aún así se sabe que ambos medios están a favor del TLC. Entonces quienes quedan son canales alternativos pero de muy poca audiencia.

Hubiera sido interesante que con motivo del referendum, el TSE hubiera puesto esa disposición y ver si podría haber un cambio. Sin embargo, la posición que tienen los medios en relación al Tratado, es de conocimiento general o de la mayoría por lo que si podría influir sería muy poco. Además, dentro del medio hay diversas posiciones de los periodistas, por lo que no necesariamente van acorde con la decisión del medio.

En síntesis, la objetividad es imposible, lo que los medios deberían buscar es el balance informativo, de manera cuali y cuantitativamente.

Otra excentricidad dijo...

Creo que la investigación realizada por Edward Murrow y Fred Friendly nos dieron una importante lección a los futuros periodistas y a los que ya ejercen esta profesión. En primer lugar, no se deben dar las cosas siempre por sentado sólo porque las informa un oficial público. Las cosas se deben confirmar e investigar para comprobar su veracidad o falsedad. En segundo lugar, en la luz pública se pueden decir muchas “burradas” lo cual no significa que se tiene que publicar todo.

Con respecto al “balance informativo” y la “objetividad” concuerdo con lo que dijo Simone que alcanzarla realmente es imposible, sin embargo, eso no significa que no debemos buscarla arduamente. No se trata de decir “es imposible entonces no voy ni siquiera a intentar”. En mi opinión, es más bien tenerla siempre como la meta última. Si damos por un hecho la imposibilidad de alcanzar la objetividad y dejamos de buscarla, el producto informativo reflejará esa actitud en la polarización que demuestran.

Por otro lado, me parece un punto muy rescatable que el balance informativo no equivale la objetividad. He visto muchas notas y aún investigaciones que pretenden ser serias que producen información de muy mala calidad para el polo que no concuerda con el propio. Es decir, no se trata sólo del espacio o el tiempo designado, sino de la calidad y la búsqueda legítima de que las diferentes visiones puedan expresarse en condiciones de igualdad.
Con respecto a los medios de comunicación en sí, creo que el problema mencionado por Lucía definitivamente es un problema en un país tan pequeño y con recursos limitados. Efectivamente, el corte de La Nación sí tiene una importante influencia sobre las opiniones e ideologías imperantes. Sin embargo, no hay que dejar de lado que La Nación no es el diario de más venta. Es la Extra.

Creo que en un mundo ideal, los medios no deberían tomar posiciones fijas. Sin embargo, al considerar que los medios no son objetos inanimados sino más bien están conformadas por personas con opiniones propias, lo más importante es, si se va a tomar una posición, informarla al público con claridad. Que conste que esto, en torno a la línea editorial. Estoy en desacuerdo con el hecho de que el lineamiento de algún medio se convierta en el centro de su producto informativa. Si bien va a jugar un rol la línea editorial, me parece importante dentro de un periódico respetable, siempre buscar proveer una visión justa y balanceada dentro de las notas meramente informativas.

Nati Suárez dijo...

Considero que dentro de las funciones y sobre de todo de la responsabilidad del comunicador está el de verificar la información que va a dar al público, es decir, no creo que sea conveniente publicar cualquier declaración que emita un personaje público, más aún si la información que se está dando es de gran interés y relevancia pública.
El derecho del público a obtener una información clara y veraz está ante cualquier otra situación, es decir, la “objetividad” y el “balance informativo” no están por encima de la veracidad de la noticia.
Referente a los medios de comunicación,a diferencia de Lucía, pienso que estos pueden tomar una posición respecto a determinado tema o asunto siempre y cuando se brinde una información verdadera. Es decir, quién no tiene una posición? todos tenemos una posición, de igual manera un medio puede tenerla y debe informar a su público sobre cuál es su "línea editorial" respecto al asunto o situación y de ahí en adelante trabajar en la búsqueda de un balance informativo.

Nati Suárez dijo...

Considero que dentro de las funciones y sobre de todo de la responsabilidad del comunicador está el de verificar la información que va a dar al público, es decir, no creo que sea conveniente publicar cualquier declaración que emita un personaje público, más aún si la información que se está dando es de gran interés y relevancia pública.
El derecho del público a obtener una información clara y veraz está ante cualquier otra situación, es decir, la “objetividad” y el “balance informativo” no están por encima de la veracidad de la noticia.
Referente a los medios de comunicación,a diferencia de Lucía, pienso que estos pueden tomar una posición respecto a determinado tema o asunto siempre y cuando se brinde una información verdadera. Es decir, quién no tiene una posición? todos tenemos una posición, de igual manera un medio puede tenerla y debe informar a su público sobre cuál es su "línea editorial" respecto al asunto o situación y de ahí en adelante trabajar en la búsqueda de un balance informativo.

Mariela Araya dijo...

Creo que los periodistas deben aprender a filtrar las declaraciones o informaciones que reciban de parte de las fuentes. Cada persona posee intereses que defiende y siempre cabe la posibilidad de que digan datos malintencionada o mentiras. Así que el periodista puede mantener el balance informativo sin necesidad de publicar cualquier declaración superficial o vacía, transmitiendo a la población información que sea de calidad. Es importante tratar de realizar el trabajo con la utópica objetividad, pero es más importante aún informar bien al público, por que eso es lo que la gente se merece.

En el caso de que si los medios pueden o deben tomar una posición con respecto a x tema, yo creo que sí. Y no es que el medio se devuelva a lo que alguna vez fueron los medios de comunicación que se basaban practicamente en opiniones políticas, sino que se informe al público pero que la gente conozca cuál es la posición y la línea editorial de el ente que le facilita la información y pueda evaluar si desea consumir lo que le ofrece.

Jacqui Solano dijo...

La objetividad ya está como en la edad de piedra,ya es una construcciòn teórica que solo tiene validez como constructo utópico que como valor operativo.

Bueno partiendo de esta premisa... balance informatimo es para mi lo más optimo.

Ahora que el balance implique publicar TODO lo que dice la fuente...mmmm somos periodistas no embudos de información, es decir tiene que haber un proceso de interpretaciòn hay que poner lo que hay que poner.... y evitar al màximo el sesgo o la tendencia hacia un lado y si va hacer asì lo responsable es que el público sepa desde que bando le estoy hablando.

vielka dijo...

objetividad... es un sueño cuando se trabaja en un medio que ya tiene una posiciòn ante una determianda situaciòn .. tratar de haer la diferencia.. podrìa ser un sueño pero no un imposible...desgraciadamente en la mayorìa sino es que es en todos los medos de comunicac`iòn lo que existe es un disfraz de objetividad.. se quiere engañar haciendo pensar a la audiencia que se estan presentado las dos caras de la moneda.. cuando en realidad todo aquello que va en contra de las convicciones de un medio no se llehga decir o no se le da importancia...se muestra unicamente cuando provoco controversia y por lo tanto raiting, traducido en otras palabras como ventas.

meli dijo...

A mi me parece que se debe buscar objetividad por sobre todas las cosas. Siempre he pensado que un periodista no obtiene "poder" en su profesión, sino más bien un alto grado de responsabilidad con respecto a la información que publica.

La gente tiene derecho a recibir información lo más pura posible, por lo que no me parece que un medio deba externar su posición con respecto a cualquier tema.

Los medios obviamente deben cumplir una funció INFORMATIVA, y no estar intentando conseguir votos (en el caso del TLC) a favor o en contra.

Nuestro deber es orientar al público, darles datos reales para que a partir de los mismos, el público realice la elección que le parezca le conviene más al futuro de su país. Debemos intentar ser lo más neutrales posible.

Unknown dijo...

La objetividad debería ser una de las características esenciales de un periodista, sin embargo, alcanzar tal virtud es imposible. Ya que nos ubicamos en un determinado contexto, con determinadas situaciones que trascienden el ámbito laboral y más aún a los medios de comunicación.

Es decir, las actividades diarias siempre van a tener (aunque sea un mínimo) nuestra subejtividad inmersa.

Ahora bien, como se sabe los distintos medios de comunicación tienen una posición que los limita a informar sus propios intereses. En cuanto al TLC, se ha presenciado que existen particularidades en las informaciones que presentan los medios y éstas influyen directamente en la audiencia que espera recibir sólamente información y no una inclinación informativa.